¿El 5G causa cáncer?

La implementación de las redes 5G ha generado preocupaciones sobre los posibles efectos en la salud debido a la exposición a la radiación electromagnética. Algunas personas han expresado preocupación de que la tecnología 5G y otras radiaciones de alta frecuencia utilizadas en las telecomunicaciones puedan causar cáncer y otros problemas de salud. En esta publicación de blog, exploraremos la ciencia detrás de estas preocupaciones y explicaremos por qué es poco probable que el 5G y otras frecuencias similares utilizadas en las telecomunicaciones causen daño, excepto por los efectos de calentamiento.

El espectro electromagnético y las frecuencias

Para comprender los posibles efectos en la salud de la radiación electromagnética, es importante entender primero el espectro electromagnético. El espectro electromagnético es un rango de frecuencias de radiación electromagnética que incluye ondas de radio, microondas, radiación infrarroja, luz visible, radiación ultravioleta, rayos X y rayos gamma. Estos diferentes tipos de radiación tienen diferentes frecuencias y, por lo tanto, diferentes cantidades de energía.

La frecuencia de la radiación electromagnética se mide en hertz (Hz), que representa el número de ciclos por segundo. Cuanto mayor sea la frecuencia de la radiación, más energía posee. Por ejemplo, las ondas de radio tienen una frecuencia más baja y menos energía que los rayos X, que tienen una frecuencia más alta y más energía.

Radiación ionizante y no ionizante

El espectro electromagnético se puede dividir en dos categorías: radiación ionizante y radiación no ionizante. La radiación ionizante incluye los rayos X y los rayos gamma, que tienen altas frecuencias y suficiente energía para ionizar átomos y moléculas, causando daño celular y aumentando el riesgo de cáncer. La radiación no ionizante incluye las ondas de radio, las microondas y la luz visible, que tienen frecuencias más bajas y no tienen suficiente energía para ionizar átomos o moléculas.

El 5G y otras frecuencias de telecomunicaciones

La tecnología 5G utiliza frecuencias más altas que las generaciones anteriores de tecnología inalámbrica, como el 4G y el 3G. Las frecuencias más altas utilizadas por el 5G, conocidas como ondas milimétricas, que van desde 24 GHz hasta 60 GHz, tienen un ancho de banda más amplio y tasas de transferencia de datos más rápidas. Sin embargo, estas frecuencias más altas no tienen suficiente energía para ionizar átomos o moléculas y, por lo tanto, se consideran radiación no ionizante.

De manera similar, otras frecuencias de telecomunicaciones, como las utilizadas por el Wi-Fi, Bluetooth y otras tecnologías inalámbricas, también son no ionizantes y no tienen suficiente energía para causar daño celular o aumentar el riesgo de cáncer.

Los efectos de la radiación electromagnética en la salud

Se ha realizado una amplia investigación sobre los posibles efectos de la radiación electromagnética, incluidas las ondas de radio y otras formas de radiación no ionizante. La mayoría de estas investigaciones no ha encontrado pruebas concluyentes de que la exposición a la radiación no ionizante de las tecnologías inalámbricas cause daño a la salud humana.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), una división de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha clasificado los campos electromagnéticos de radiofrecuencia (RF-EMF) como “posiblemente carcinogénicos para los seres humanos” en función de pruebas limitadas de un mayor riesgo de glioma, un tipo de cáncer cerebral, asociado con el uso a largo plazo de teléfonos celulares. Sin embargo, esta clasificación no significa que los RF-EMF causen cáncer, solo que existe la posibilidad de un vínculo.

Otros estudios no han encontrado evidencia de un vínculo entre el uso de teléfonos celulares y un mayor riesgo de cáncer. Un estudio amplio realizado por el Programa Nacional de Toxicología de los Estados Unidos no encontró evidencia de que la exposición a RF-EMF causara cáncer en ratas o ratones. De manera similar, una revisión de estudios realizada por la Agencia Australiana de Protección Radiológica y de Seguridad Nuclear no encontró pruebas concluyentes de un vínculo entre el uso de teléfonos celulares y un mayor riesgo de cáncer.

Además de la posibilidad de efectos de calentamiento a niveles de alta potencia, similares a un horno de microondas, no hay evidencia clara de que la exposición a la radiación no ionizante de las frecuencias de telecomunicaciones cause daño a la salud humana.

La importancia de las pautas de seguridad y las regulaciones

A pesar de la falta de pruebas claras de daño, muchos países han establecido pautas de seguridad y regulaciones para limitar la exposición a la radiación electromagnética de las frecuencias de telecomunicaciones. Estas pautas se basan en el “principio de precaución”, que establece que si una actividad o tecnología tiene el potencial de causar daño pero la evidencia es incierta, se deben tomar medidas

de precaución para minimizar el riesgo.

En Estados Unidos, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) establece pautas para la exposición segura a RF-EMF de dispositivos inalámbricos y frecuencias de telecomunicaciones. En Brasil, tenemos la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (ANATEL), que establece estándares aún más estrictos para las emisiones de radiofrecuencia en comparación con Estados Unidos. Estas pautas se basan en recomendaciones del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) y están diseñadas para garantizar que los niveles de exposición no excedan los límites de seguridad establecidos. Aquí en Brasil, ANATEL también realiza sus propios estudios para garantizar la seguridad del consumidor.

De manera similar, la Comisión Internacional de Protección contra Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP) proporciona pautas para la exposición segura a la radiación electromagnética. Estas pautas se utilizan ampliamente por organizaciones internacionales y gobiernos nacionales para establecer estándares de seguridad para las frecuencias de telecomunicaciones.

Estas pautas de seguridad y regulaciones están diseñadas para proteger la salud pública y garantizar que la exposición a la radiación electromagnética de las tecnologías inalámbricas no exceda los niveles seguros.

Conclusión

En conclusión, la ciencia sugiere que la exposición a la radiación no ionizante de las frecuencias de telecomunicaciones, incluido el 5G, no causa daño a la salud humana, excepto por los efectos de calentamiento considerables a niveles de alta potencia. Aunque existe evidencia limitada de un posible vínculo entre el uso prolongado de teléfonos celulares y el glioma, la mayoría de los estudios no ha encontrado pruebas concluyentes de un mayor riesgo de cáncer u otros problemas de salud.

Sin embargo, se han establecido pautas de seguridad y regulaciones para garantizar que la exposición a la radiación electromagnética de las tecnologías inalámbricas no exceda los niveles seguros. Estas pautas se basan en el principio de precaución y tienen como objetivo proteger la salud pública.

Es importante continuar monitoreando la ciencia y realizando investigaciones adicionales sobre los posibles efectos en la salud de la radiación electromagnética. Sin embargo, en la actualidad, las pruebas sugieren que el 5G y otras frecuencias de telecomunicaciones es poco probable que causen daño, excepto por los efectos de calentamiento, y se pueden utilizar de manera segura en la vida cotidiana.

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